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Alguien que anda por aquí

El Parque del Oeste

El Parque del Oeste

Desde que llegué a Madrid, siempre me ha gustado mucho el Parque del Oeste. Lo atravesaba de lado a lado muchas mañanas soleadas en que no apetecía meterse bajo tierra para ir a la Universidad. Entre el tumulto de la estación de autobuses de Moncloa y el enjambre de estudiantes de la facultad, ese remanso verde de sol me daba siempre energías para afrontar la jornada.

En el camino, mientras lo cruzaba, no existía nada, no iba pensando en nada. Sólo miraba las flores, el prado, los troncos, las ramas, las fuentes y el agua de los estanques... y allá, aparentemente lejos, fuera de mi mundo, quedaba el barullo de la gran ciudad. Allá arriba, apenas a unos metros, el ruido de una de las carreteras más colapsadas de la capital, ahí abajo, la calma, la hierba, la tierra, los pájaros.

Caminando por el Parque del Oeste, notas que el ruido está, pero no te toca. Era como entrar en una nube, y al descender ya sí, entonces sí, ya mi cabeza se ponía a hacer planes y propósitos y llamadas de teléfono y encaje de bolillos para cuadrar todas las cosas que quería hacer en ese día que tenía por delante.

1 comentario

David Fergar -

El ruido está, pero no se toca". frases como esta son las que hacen que valga la pena leer este blog :)