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Alguien que anda por aquí

Si quieres te lo digo haciendo el pino

... Me contestó un político la semana pasada indignado. No quería hablar y habló, aunque no contestó a lo que yo le estaba a esas alturas ya repreguntando. No le dije que vale porque total, trabajo en radio, pero me encantó la respuesta, esa bordería que delataba su nerviosismo por el tema sobre el que quería a toda costa aparentar normalidad, porque sin responder explícitamente decía exactamente lo que yo esperaba oír.

Si de verdad mi pregunta no fuera la pregunta, habría salido por peteneras como es habitual, pero no supo y hoy se ha arrepentido; delante de todos los periodistas ha dicho que tenía que hablar conmigo, me ha cogido del brazo y me ha pedido perdón. No estuvo bien esa "salida de tono", me ha dicho. Ojiplática me quedo, como diría una amiga mía, pero se agradece el gesto y la voluntad.

No sé si nos hemos acostumbrado a que nos traten como tontos, pero yo no esperaba ni siquiera consideraba necesaria una disculpa, es más, me lo ha tenido que recordar. Porque al fin y al cabo, los dos sabemos que yo estaba haciendo mi trabajo y él el suyo, los dos estamos jugando al mismo juego, tanto la semana pasada como hoy.

 

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