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Alguien que anda por aquí

El pensamiento circular

Yo no soy de las que se arrepienten después de haber hecho algo. A veces sí, claro, pero por inconsciencia o ignorancia, no porque no lo haya pensado lo suficiente, con eso soy bastante pesada. Suelo pensar antes de hablar y de actuar, aunque eso tampoco garantiza que no me equivoque, es muy fácil tomar decisiones a toro pasado. Y aunque dé más rabia equivocarse habiendo reflexionado previamente sobre un tema, al menos tienes la certeza de que no has podido hacerlo mejor en ese momento y con esas circunstancias, sencillamente porque no se te ha ocurrido. Hay que conocer las propias limitaciones.

 

Tengo la manía por ejemplo de mantener interminables conversaciones imaginarias. Seguramente le doy demasiadas vueltas, pero eso me prepara psicológicamente para el enfrentamiento verbal. Después la vida siempre te sorprende y las personas más, de modo que suele suceder que en la conversación real nunca aparezca la frase que da pie al argumento que yo había preparado, pero no importa, de eso sirve el ensayo imaginario: le has dado tantas vueltas al tema que las frases contundentes revolotean a tu alrededor y acaban encontrando la forma de salir por tu boca, aunque sea revoloteando torpemente y no a la manera de la flecha directa e incisiva que tú habías imaginado.

 

Yo sé que no es sano darle tantas vueltas a las cosas, a menudo ni siquiera útil, pero no puedo evitarlo, soy una persona de pensamiento circular tendente a concéntrico. Y cómo me voy a quitar el vicio si la experiencia me dice que a veces se obtienen resultados positivos: el otro día estuvimos tres cabezas pensando durante una hora para escribir las dos líneas de un sms, ¡y con el mensaje obtuvimos el resultado esperado! Claro que la frase brillante vino sola, lo mejor fue lo más directo y sincero que se nos ocurrió, lo que demuestra la veracidad de una metáfora que he escuchado en la sesión de cuentos de hoy:

No sirve de nada dar tantas vueltas. Si no le echas azúcar, por muchas vueltas que le des al café, va a seguir estando amargo”.

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