Blogia
Alguien que anda por aquí

La vida continúa a pesar de

Yo tengo que ponerme a pensar para saber si alguna vez en mi vida he oído un disparo y la amiga que está sentada frente a mí los escucha a cualquier hora, tanto que ha aprendido a distinguir por el sonido el tipo y la procedencia de las balas. Ella es mexicana y vive en Chihuahua, una ciudad de un millón de habitantes que oficialmente no está en guerra aunque desde hace tres años tiene trece muertos diarios por el narcotráfico.

Yo vuelvo a mi casa caminando a las dos de la madrugada y la verdad es que no tengo miedo, ella tampoco ahora que está en Madrid. Allí todo el mundo llama a sus familiares si van a retrasarse en la vuelta a casa, y casi nadie anda por las calles más allá de las siete de la tarde, se ha marcado un toque de queda implícito. Al hermano de su amiga lo obligaron a correr para acribillarle a balazos, porque lo confundieron con otro tipo. En el maletero de su coche hay una mancha de sangre de un día que se lo robaron. Una vez tuvo que echarse al suelo para protegerse de las balas por un ajuste de cuentas en un restaurante. La policía llegó media hora más tarde y sólo a levantar el cadáver y contar casquillos, dice que haría mejor servicio una funeraria.

Hay días que sale de su casa y piensa que quizá no va a volver. Y yo, sentada frente a ella, me siento estúpidamente afortunada por vivir aquí. Pienso que no sería capaz de resistirlo, que huiría de esa ciudad, y que si tuviera que quedarme preferiría la ignoranca que se confunde con la resignación, salir a las calles como si no pasara nada.

Pero ella no quiere que su país se acostumbre a la violencia, quiere dejar constancia de cada crimen pintando un mural en cada esquina en la que se produzca un asesinato. Extender sábanas con poemas donde los narcos pintan amenazas. Puede parecer una denuncia ingenua pero es una rebeldía y un acto de fe. Al menos cada muerto no será sólo un número más en la lista, al menos los poemas y los dibujos denunciarán la impunidad, al menos los versos y los colores harán feliz por un instante al que pasee en medio de la violencia que desborda la ciudad.

Ella lo escribe mejor que yo en un artículo que se llama "Los registros del miedo" dentro del blog Chihuahua sin temor

http://chihuahuasintemor.blogspot.com/2010/03/los-registros-del-miedo-un-texto-de.html

 

1 comentario

Engler Garcia -

Ciudad de Guatemala, por un momento pensé que escribías acerca de esta ciudad donde vivo. Desafortunadamente no, y digo desafortunadamente porque acá la poesia ha perdido la batalla desde siempre y la ha ganado y se enseñorea entre nosotros tristes y apáticos ciudadanos, la indiferencia.