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Alguien que anda por aquí

De noche en una ciudad extraña

De noche en una ciudad extraña

De repente me vi sola en medio de la noche en una ciudad extraña. Yo tenía por aquel entonces quince años y ni idea de cómo había llegado hasta allí. No conocía a nadie en ese lugar, ni se me ocurría a quién podía acudir para pedir ayuda. Pensé en amigos de amigos, familiares recónditos, conocidos, vecinos de conocidos... todos estaban lejos. No había móviles en aquella época. No era prudente llamar a ninguna casa pasadas las once de la noche. Pensé en acudir a la policía, lo aparqué como último recurso. Calculé las posibilidades reales de que alguien viniera a rescatarme a esas horas de la noche a esa ciudad extraña. Y cuánto tiempo tardaría en hacerlo. Y qué hacer mientras tanto. Y cómo explicarlo. De repente un estallido y toda la gente de mi alrededor corriendo. Comprendí entonces que debía reaccionar, moverme yo también hacia algún sitio, hacer algo para salir de allí.

 

Y me fui directa a las ventanillas de la estación de trenes para comprar un billete que me sacara de Bilbao. Yo había subido horas antes en un tren desde Calahorra destino Valladolid, y me había quedado dormida en Miranda de Ebro, cuando la mitad del tren tomó el camino de tierras de Castilla y la otra mitad se fue rumbo al País Vasco, conmigo dentro. El estallido era el comienzo de los fuegos artificiales del día grande de las fiestas, y todo el mundo corría para verlos desde una cristalera de la estación. Este fin de semana iré por primera vez (conscientemente) a Bilbao para reescribir los recuerdos de aquella noche.

2 comentarios

Laura -

Por fin entro en tu blog(again)! Y es que esa historia lo merece!!!Me gusta mucho como está contada, pero gana más todavía con unas cerves delante y un Playmobil y un Yodio flotando en el ambiente ;-) Un besazo guapa

Anónimo -

Me encanta! Mi historia favorita Ele, pero en otro post la tienes que desarrollar más! I love you! Alf