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Alguien que anda por aquí

No vemos lo mismo aunque miremos hacia un mismo lado

No vemos lo mismo aunque miremos hacia un mismo lado

Nunca he sabido qué armas usar para luchar contra los malentendidos. Me desmoralizan, me acobardan, no sé afrontarlos. Cuando me choco con uno (nunca me los encuentro ni los veo venir) sólo siento ansia por trasladar por arte de magia a la otra persona la nítida imagen o el razonamiento perfecto que hay dentro de mi cabeza.

Pero no hay magia que pueda con los malentendidos, sólo se destruyen o se atraviesan con voluntad de acuerdo, porque cada persona es un mundo aunque pertenezcamos a la misma especie y compartamos un mismo idioma. Somos distintos, pensamos distinto, tenemos un pasado, una formación y unas expectativas de futuro distintas, y es inevitable que eso nos distancie.

 

Ni siquiera vemos lo mismo al mirar hacia un mismo lado. Un ejemplo que me pusieron una vez para ayudarme a comprender lo distinta que puede ser la visión del otro: la escena es sencilla, varias personas están mirando un coche negro aparcado en una calle. Una quizá sólo verá el reflejo de sí misma en el cristal y en la carrocería. Otra sólo verá el negro como color de luto. Otra recordará que una vez condujo un coche parecido y quizá sonría con los recuerdos de aquél viaje. Otra soñará con ir dentro de un coche como ése. A otra el coche le será indiferente y sólo lo verá como un estorbo para la circulación. Otro se fijará en los detalles y calculará la velocidad que pueda alcanzar... y así hasta el infinito.


Esto mismo me ha pasado el dibujo de este mechero. Yo lo miraba y tenía claro que era una imagen preciosa, un gesto de amor, pero quizá el chico se está yendo y la chica lo retiene, quizá ella acabe de bajarse y se están despidiendo, quizá el globo amoroso no tiene suficiente fuerza para elevar a los dos.

7 comentarios

Laura -

No hay nada peor que un malentendido que nunca deja de serlo, o que arrastra a una cadena de sinsentidos. Si no se solucionan se convierten en una espina que se queda enquistada. Y que de tanto en tanto, duele, aunque por momentos creamos que ya no sigue ahí...
Pero como dices, para solucionarlos hace falta voluntad de acuerdo, por parte de ambas partes.
A veces sirve un comentario, o una mirada.
Otras, hay que esperar a que la otra persona quiera cruzar el río del desentendimiento para reencontrarse en la orilla del cariño, que al final todo lo salva.
Y hay que saber esperar, sin guardar rencor...

mary -

yo creo que los dos se van a las nubes arrastrados por el corazón...

Elena -

Más que grande, lo que es seguro es que este blog está trasnochado... ;-)
Totalmente de acuerdo con el Anónimo en que lo más fascinante es que a pesar de nuestras diferencias seguimos siendo capaces de encontrar esos momentos de conexión total... luego incluyo ese par de reflexiones que se me han quedado en el tintero, gracias por la aportación!!!

Giraluno -

¡Qué grande es este blog! La autora escribe a la 1:29 de la madrugada y un anónimo deja comentarios a las cuatro y pico de la madrugada. Voy a cambiar mis horarios para estar a vuestra altura...

Anónimo -

será el destino...el primer comentario no quiso entrar, y al escribir el segundo, se colo el primero...mil disculpas

Anónimo -

malentendidos...ummm...deberias empezar a tener bienentendidos,seria mejor aunque como dices, las miradas son difentes y a veces aunque en cuerpos distintos, se puede hablar un mismo idioma, o tener plena constancia de una sensación de otro. Mvs

Anónimo -

malentendidos...ummmm...hay que empezar a ver las cosas como bienentendidos aunque como dices, las miradas a las cosas son diferentes, pero una diferencia que a veces habla el mismo idioma y hasta...hasta la misma sensación en diferente cuerpo. J.Mv