Blogia
Alguien que anda por aquí

El amor dura tres años

Siempre que comienzas una relación, crees que has encontrado al amor de tu vida, la horma de tu zapato, tu media naranja, la persona con la que vas a envejecer, etcétera. Aunque dicen que el amor sólo dura tres años, yo de verdad pensaba que eso no me iba a pasar a mí, que esta vez iba a ser la definitiva, que lo mío con Antonio iba a ser para siempre.

Es cierto que nosotros nos necesitábamos más de lo que nos queríamos, y eso no es sano para ninguna relación. Las parejas tienen que elegirse conscientemente y con el corazón, no por la necesidad de estar juntos, de no poder estar solos.

Quizá dejamos de cuidarnos el uno al otro suponiendo que íbamos a estar juntos siempre, y ahora me encuentro de repente con que lo nuestro se ha acabado, sin previo aviso y yo no sé qué hacer, ya no sé vivir sin él.

Estamos en las últimas, y lo peor es que seguimos alargando la agonía final, no sabemos poner un punto final definitivo. Como los malos novios, mi Antonio va y viene: a veces me hace mucho caso, parece que se reaviva la llama y estamos felices juntos como en los mejores tiempos, pero otras veces, sin previo aviso, sin que medie ninguna discusión, ni siquiera se digna a dirigirme la palabra.

 

Esta situación me deja confusa, paralizada. Quiero romper este círculo vicioso en el que hemos entrado, zanjar nuestra relación y por eso trato de apartar a un lado sus cosas buenas para pensar sólo en sus defectos: su cabezonería, su intransigencia, sus celos.

Antonio es muy celoso y no le gusta que mire a otros. Menos aún que les haga caso. Ni siquiera para preguntar por una calle, porque como a todos los hombres, a mi Antonio no le gusta preguntar, se cree que lo sabe todo. Incluso se enfadaba si seguía las indicaciones que me habían dado otros, se quedaba callado un buen rato, sin hablar, pensando en sus cosas, disipando sus celos.

 

Pero como en todas las parejas, aprendimos a domesticarnos el uno al otro, conseguimos llegar a un punto en común. Yo le soportaba estos defectos y él toleraba los míos, mis torpezas, mis inseguridades, mis nervios. Él no se ponía nunca nervioso. Siempre sabía lo que había que hacer. No dudaba, no me daba falsas esperanzas. Si acaso se quedaba un rato pensando en silencio hasta encontrar la solución perfecta.

Tenía una voz preciosa mi Antonio, muy varonil, cualquier frase que pronunciaba parecía una orden dulce, dictada con el tono del macho que guía a la hembra, y yo encantada de dejarme guiar.

Pero ya no vamos juntos a ningún lado ni parece que podamos volver a hacerlo en el futuro. Echo la vista atrás y me doy cuenta de que exactamente han pasado tres años desde que nos conocimos en esa tienda de productos informáticos. Yo buscaba precisamente a alguien como él y él estaba de oferta.

Su empresa había sacado otros navegadores GPS más modernos, de pantalla alargada y él, que había sido lo más preciado del mercado, se encontraba de repente en liquidación. Normal que nos cogiéramos con tantas ganas, que la chispa entre nosotros saltara tan rápido.

Él, mi Antonio, mi GPS que ahora está agonizando, necesitaba a alguien que reconociera su talento y yo, que acababa de aceptar un nuevo trabajo de corresponsal, a alguien que me guiara por los pueblos del Sur. Pero en fin, fue bonito mientras duró, ahora estoy de nuevo soltera. Como después de cualquier ruptura, tendré que buscarme a otro que cubra su ausencia o aprender a viajar sin copiloto.

8 comentarios

José Antonio -

Qué habrás hecho con el aparatito para que se te rompa tan pronto... ¿No se te habrá roto el amor de tanto usarlo?

Beita -

Me has dejado...de stone...tú eres buena piloto y copiloto...no te preocupes, que lo bueno se hace esperar...ánimo

Elena -

No Esther, si lo tuyo con Ken va bien, ¡¡tienes que seguir creyendo en el amor!! Yo encontraré a otro que me haga brillar la mirada, de hecho ya le tengo echado el ojo a uno...

Esther -

¿Que Antonio deja de formar parte de tu vida? pero... ¿¿qué me narras?? ya no creo en el amor. ¿Lo habéis intentado todo?, a veces tú sabes que las baterías se gastan pero con un pequeño cambio se puede solucionar, o siempre existen las actualizaciones... Yo tengo un buen amigo, que nos presentó a mi Ken y a mi,(es que, lo que viene siendo inglés australiano me encanta), que cuando nosotros entramos en crisis, le enchufó una buena dosis de actualizaciones y ¡¡uff!! nuestra relación dio un giro maravilloso. Él se volvió más atento, (sobre todo al avisarme de los radares y puntos negros). Espero que no sea una causa de fuerza mayor lo de Antonio de verdad, tenías una mirada brillante hablando de él que sería una auténtica pena. Todo el ánimo del mundo amiga en este período oscuro, seguro que ves una luz al final del túnel, ya sabes que en los túneles los satélites se pierden mucho

Elena -

Ay Alf, es que has viajado poco conmigo y sobre todo has venido poco a verme a los cuentos! porque de Antonio he hablado mucho en los escenarios, hasta le escribí un cuento!! ;-)

Alf -

Ele creo que hemos perdido comunicación. No sé quien es Antonio y menos que llevaras 3 años con él! Bromas aparte tu texto es todo sabiduría, pero bueno al menos tu amiga ha vivido esa maravillosa sensación tres años y puede quedarse con ello...

Elena -

Ay Tali, como dice la canción, sólo te digo una cosa... "el que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide"... ¡Es mucho más bonita la vida compartida! no deberías haber hecho un viaje tan bonito solo...

Tali -

Jo, ahora me siento culpable de haberme llevado a Paca hasta Nantes y no haberla dejado siquiera disfrutar del paisaje, escondida la pobre todo el viaje en la guantera. Malditas autopistas. Malditos carteles intuitivos. Malditas facilidades. Ni siquiera por el centro de la ciudad nos dirigimos la palabra. Y aún nos quedan cuatro meses para cumplir los tres años :(