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Alguien que anda por aquí

Hoy es un día de esos

Hoy es uno de esos días en los que ya no tengo fuerzas ni para teclear. Me he pasado toda la tarde peleándome con la vida que había debajo del sofá, peleándome con mi ordenador que ha decidido hoy morirse, peleándome en silencio con los que se quedan mirando a las musarañas en doble fila.

He perdido la tarde también haciendo viajes con cartones para el contenedor, bolsas para la basura, cajas para la nueva casa (¿de dónde salen tantas cosas? ¿acaso se están reproduciendo de tanto esperarme en el pasillo?), preguntándome de dónde salen tantas pelusas, cómo se originan, por qué deciden reunirse todas en los rincones, de qué hablan en esas reuniones, etcétera.

He estado, como podéis suponer, muy dispersa, quizá por eso he tardado tanto en acabar de irme de la casa verde. Tanto que ni siquiera me he despedido, ya ni me da pena, soy una convencida infiel con la casa blanca. 

Así que no me quedan ya fuerzas. Tengo, eso sí, ideas de sobra dándome vueltas por la cabeza. Podría quedarme aquí un rato compartiéndolas, pero tengo a un ser humano respirando aquí a mi lado, deseando que apague la luz y que me duerma.

 

1 comentario

Futuro masajista -

¡¡¡No vale olvidarse de la casa verde!!! Hay que ser agradecido. Sólo vale odiar (y sólo un poquito) a la cerradura de la puerta...