Blogia
Alguien que anda por aquí

Ese ruido, cada noche...

Hay un ruido cada noche que hace volar mi imaginación. Un ruido de animal, y yo no tengo mascotas. Me dicen que no saben cómo puedo dormir tranquila con esa presencia en mi casa, pero yo no creo que sea nada que pueda dar miedo. Es un ruido como de pingüino rascando hielo con el pico para construirse un iglú en mi congelador. Por eso cuando muevo el frigorífico para ahuyentar fantasmas y eliminar sospechas deja de sonar unos instantes, hasta que cesa el movimiento y mi pingüino puede continuar con su tarea.

 

Barajo otras opciones: tal vez no provenga el traqueteo del mismo frigorífico sino de su entorno. El ruido también se parece al de un bicho apartando incesantemente tierra. Pero no se aprecia ningún sonido distinto y a estas alturas ya debería tener construida su madriguera... Por qué habría de estar un animal todas las noches rascando incansablemente detrás de los azulejos...

 

A no ser que sea un ratón que intenta escapar de prisión construyendo un túnel. Por eso tiene que aprovechar la noche, cuando sus carceleros están dormidos. Seguro que ha puesto un póster de una ratoncita en bolas para tapar el agujero que va alargando cada noche, por eso no habla con nadie y sólo escucho, cuando me quedo en silencio, su terco rascar.

 

No sé qué habrá podido hacer mi ratón para terminar encarcelado, pero le creo inocente y confío en que su arduo trabajo le lleve no al salón de mi casa sino a la libertad.

2 comentarios

Cloe Andersen -

Sólo puedo decir: ¡felicidades por todos estos relatos cotidianos que compartes! Son maravillosos, gracias, y disculpa a las que no los seguimos por falta de afición a estar delante de una pantalla... realmente las pantallas merecen la pena solo por tus historias!

MARTA -

una bella historia, aunque sospecho que tal vez alguien está tratando de derrumbar las paredes y los hielos para entrar a tu vida. De a poco, como tu ratoncito, ojalá llegue a tu corazón :) Abrazo interoceánico!