Blogia
Alguien que anda por aquí

Sólo por amor al arte

Sólo por amor al arte

¿Te suena esto de ir a una exposición de arte contemporáneo, ver un cuadro con unos cuantos borrajetos y decir “esto podría hacerlo yo”? Pues eso VOY a hacerlo yo. Ayer estuve en ArtMadrid y vi algunas obras fantásticas que me dejaron clavada mirando y me cortaron el aliento, pero también un par de ellas -y eso que me encanta el arte abstracto- que podría repetir con los ojos cerrados. A por esas voy. Esta de arriba es la primera. Y me propongo hacer una al día.

 

Porque me gusta, porque lo disfruto, sin ninguna pretensión. Como además doy por supuesto que no se me da bien, que nunca he desarrollado esas capacidades, jamás he recibido ningún tipo de lecciones y que siempre he sido bastante torpe con las manualidades, me permito solo ponerme a pintar, sin ningún tipo de juicio. Y no veáis cómo lo disfruto. Me he dado cuenta además de que es como meditar.

 

Durante el rato que estoy pintando, estoy totalmente aquí y ahora, absolutamente, sin nada más, fuera ni dentro. Solo estoy pensando en los colores, en cómo van quedando, en cómo mezclarlos, en cuál poner a continuación, en cómo hacer esta pincelada, en si voy a girar hacia un lado o hacia el otro el pincel.

 

Y quizá porque no tengo absolutamente ninguna expectativa, me gusta lo que veo, y me da la risa cuando se me ocurre una tontería, y por su puesto la hago porque a ver por qué no. Y me alejo un poco y me sorprende ver algo nuevo, que esté tomando forma y sugiriéndome cosas en las que no había pensado, y me hace gracia que me esté hablando mi propio cuadro.

 

Claro que también disfruto escribiendo, pero mientras escribo voy leyendo y releyéndome, voy escuchando cómo suena lo que escribo, si se entiende o no, si podría quitar alguna palabra; mientras escribo, tengo a un hipotético lector en la cabeza, para tratar de tantear si consigo transmitir la idea que quiero, y es inevitable que así me juzgue también ese hipotético lector.

 

Con la pintura no. Estoy yo sola pintando y no tiene que gustarle a nadie, no tiene que entenderlo nadie, no tiene que llegar a nadie. Pinto por amor al arte, y como lo hago con tantas ganas, me gusta el resultado y me apetece enseñarlo. Como una niña pequeña que enseña su dibujo, y cree que está fenomenal. Aunque no sea cierto. No espero nada, solo quiero que no se me olvide el disfrute sin propósito de gustar.

0 comentarios