Blogia
Alguien que anda por aquí

Mujer de poca fe

Mujer de poca fe

Dejadme que presuma por esta vez. La ocasión lo merece. Se ve que vivir en Vallecas ha dado buenos resultados en lo que a mi capacidad para maniobrar se refiere. Yo que siempre he tenido un nulo sentido de la orientación y una mala percepción del espacio, yo que siempre sido bastante torpe en general, yo que siempre me tropiezo porque no sé calcular las distancias que hay entre mi cuerpo y los objetos que me rodean, hoy he conseguido una hazaña. No me digáis que no es una proeza aparcar en una plaza sólo seis centímetros (a la vista está) más ancha que mi coche. Y lo he metido bien a la primera, y sin calcular siquiera, porque estaba convencida de que no me iba a caber.

La hazaña es mayor porque además he conseguido sitio a la primera, prácticamente en la misma puerta de la casa en la que iba a cenar, un viernes a las once de la noche y en todo el centro de Madrid en plenas fiestas del Orgullo. Otros viernes cualesquiera he llegado a estar casi una hora buscando aparcamiento por ese mismo barrio. Pero los milagros sólo existen si crees firmemente en ellos. Ésta va a ser mi nueva táctica para convocar a la buena suerte; hay que dirigirse directamente al lugar en el que hemos quedado con la confianza plena de que vamos a encontrar aparcamiento, porque desde luego, no es posible encontrar sitio en la puerta si no pasas por delante de ella.



4 comentarios

Elena -

¡Eh! Nada de eso, hice con taaaaaaaaaanta delicadeza la maniobra que los coches delantero y trasero NI SE ENTERARON!!

oscar -

deberías haber fotografiado los paragolpes de los vehículos delantero y trasero para ver cómo quedaron tras la maniobra :P

j.m. -

enhorabuena...

Laura -

Ves, mujer de poca fe!!! ;-) me ha encantado la última frase