Partidaria de los finales felices
Porque de qué sirve estar en su contra. Yo me confieso a favor de los finales felices. Siempre, en el cine, en los libros y en la televisión, pero sobre todo en la vida real. Soy partidaria incluso de la felicidad de ese pijales al que he visto en el metro acariciando el pelo de la típica chica mononeuronal, aunque los dos me den lo mismo y seguramente ni siquiera los elegiría como amigos.
Me gusta que a la gente o a los personajes les vaya bien en la vida independientemente de cómo me trate la vida a mí, porque cuanta más felicidad haya a mi alrededor, más feliz será el mundo que me rodea, será un lugar más agradable en el que vivir y creo que eso se acaba contagiando: la energía positiva atrae buenos sucesos, igual que a los amargados siempre les pasan cosas malas. Yo creo que si sonríes tienes más probabilidades de encontrarte con una sonrisa al otro lado. Y si lo que hay al otro lado es un gruñido de los que no distinguen entre sonrisa y mueca, al menos que no se diga que no lo has intentado.
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Mary -