Ay, Manolete
Lo escribo ahora, en esta madrugada insomne, para conjurar el peligro, para ahuyentar fantasmas, para romper el hechizo. Confío en no tener que volver aquí dentro de poco con el rabo entre las piernas para completar el título de este post. Soy consciente de mis limitaciones, pero no son infinitas ni perpetuas. Por qué no voy a poder. Siempre he crecido ante la adversidad. Ya lo decía Haruki Murakami, hasta que las cosas no te pasan por primera vez, no han sucedido nunca.
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