El día que acepté que..
Ya he aceptado aquella propuesta que me hicieron de forma tan misteriosa la semana pasada. He llegado al lugar indicado sólo cinco minutos tarde porque sabía que no tenía nada que perder, he pasado hasta el fondo de la sala, le he dado la mano a todos menos al que ya conocía, al que he saludado levantando la cabeza, me he sentado en una silla y los cuatro hombres repeinados con traje y corbata se han quedado de pie a mi alrededor, mirándome.
Nadie decía nada. “Vaya, me siento observada”, he acertado a decir para romper el hielo. “Es que queremos estar todos, también es nuevo para nosotros. Él te dice lo que tienes que hacer”, me ha respondido el de mayor edad señalando al más joven. Entonces él ha seleccionado una bolsa y la ha dejado encima de la mesa. “Para ti”. Yo no sabía si tenía que abrirla delante de todos o seguir escuchando instrucciones, pero como se me quedaron en silencio mirando me he hecho la simpática y he abierto la bolsa haciendo bromitas y he sacado los documentos y me he puesto encima de las rodillas el paquete y me ha sorprendido que tuviera un lazo.
Seguían mirando en silencio así que me he lanzado a deshacer el lazo y he roto el papel de regalo y he sacado lo que todos estaban esperando, que no era para tanto: un móvil supersónico de última generación que va a seguir mis pasos durante la próxima semana, porque soy la conejillo de indias de un proyecto piloto del departamento de innovación de Caja Madrid.
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Alf -
Alex -