De cómo el periodismo te embrutece
No te puedes echar a llorar por un par de muertos desconocidos, por unos muertos por los que seguramente nadie ha llorado. Aunque los muertos se presenten ante tus ojos en medio de un descampado en un día de lluvia, tumbados juntos en una misma cama, carbonizados e intactos sobre la montaña minúscula de cenizas de lo que fue su casa. No te vas a poner a llorar.
Esta pasada madrugada dos personas han fallecido mientras dormían en el interior de una chabola de Leganés a causa de un incendio. Según apuntan los testigos, el origen del fuego pudo ser una vela que las víctimas utilizaban para alumbrar y calentar la estancia. Unos diez habitantes de las chabolas vecinas intentaron sofocar las llamas echando paladas de nieve pero murieron asfixiados por el humo antes de que pudieran llegar los bomberos. En pocos minutos, la infravivienda quedó completamente reducida a cenizas, ya que estaba construida a base de puertas viejas de madera, telas y cartones. Los fallecidos eran una mujer de 29 años y un hombre de 38 que según el Ayuntamiento, habían rechazado en varias ocasiones la ayuda de los servicios sociales.
Alguien me dijo una vez que cómo éramos tan brutos los periodistas, que ni siquiera nos molestábamos en decir "fallecidos". Que si no nos dábamos cuenta de que era ofensivo para los familiares escuchar en todos los medios que uno de los suyos está "muerto". Es verdad que cuando tienes que informar sobre un suceso con víctimas mortales muchas veces no te paras a pensar en la gravedad de los hechos desde un punto de vista puramente humano, no sientes el drama sino que informas y punto: cuentas lo que estás viendo y punto, hablas de lo que te han contado que ha sucedido y punto, interrogas (a menudo con poco tacto) a los testigos y punto: esperas en la calle o en el bar de enfrente a que el juez levante el cadáver y punto, coges el coche y te vas.
A veces ni siquiera eso. Ponemos el micrófono al primero que pasaba por allí y tenga algo que decir, o a los típicos vecinos que se arremolinan en medio de la calle en cuanto ven policía y cámaras, esos que siempre, sepan lo que sepan de las víctimas, quieren hablar. Si con suerte hemos llegado con tiempo al lugar del siniestro, tendremos al menos la oportunidad de utilizar el criterio y la sentatez para desechar esas declaraciones hechas por puro afán de protagonismo de los falsos testigos. Si con suerte tenemos criterio.
4 comentarios
David Fergar -
Hasta el dia siguietne, cuando mi padre me dice: david, te has enterado que el novio de isabel, tu compañera del instituto, ha muerto en un accidente y ella esta herida?
joder, digo yo, sí, dí la noticia yo, y me siento como una auténtica rata de cloaca.
el periodismo nos embrutece
Alma -
Anónimo -
Alguien que leyó por que ponía por aquí... -