Hay amigos que están lejos
Es curioso cómo se construyen los afectos. A menudo el roce hace el cariño, pero también hay gente a la que ves mucho y no quieres nada. Sin embargo, se puede sentir muy cercano a alguien que está al otro lado del océano. Se puede querer a alguien que apenas se ha cruzado unos días en tu camino, de quien sabes cuatro cosas sueltas, pero de quien presientes muchas más afinidades que estrechan las distancias físicas y los interrogantes del pasado.
Yo soy de las que piensan que las relaciones se forjan a diario, se construyen en base a los momentos compartidos buenos y malos, y que son precisamente los malos los que la fortalecen; la superación de los desencuentros hacen crecer la relación. Pero me contradigo cuando quiero a una persona con la que no he tenido desencuentros, o cuando el desencuentro quiebra la relación que creía sólidamente construida y se lleva por delante la confianza.
Hay que ser consciente de lo que se tiene y saber cuidarlo. Relativizar. Valorar. Tener un gesto de vez en cuando, estar en la vida de la otra persona a pesar de las lejanías y decir te quiero a la gente a la que quieres, aunque no esté presente en tu día a día más allá del espacio que hay entre tus manos y la pantalla del ordenador.
5 comentarios
Alga -
Gracias por compartirlos.
Un saludo.
Mary -
María -
David Fergar -
en noruega tb setekiere
Alma -