Credo
Creo en el poder de la palabra. Creo en la fuerza de los sentimientos. Creo en el valor (cuantitativo y cualitativo) de los gestos. Creo en la capacidad de adaptación y de superación del ser humano. Creo en el viento que sopla haciendo que la vida fluya. Creo en los peces que nadan a contracorriente. Creo en aquél que dijo que sólo tenemos una boca y dos orejas para hablar menos y escuchar más. Creo en el poder, la fuerza y el valor de la palabra, que vale más que la milésima parte de una imagen.
Hay días en los que digo exactamente lo que quiero decir, sin que lo diga todo.
3 comentarios
Paco -
Increible. Me ha gustado mucho.
El eco de mis palabras -
De pronto no entiendo por qué se me viene a la cabeza una conversación que he tenido esta mañana en una reunión de trabajo y me veo desde mi imaginación gritándome a la cara con un ¡NO! Lo siento Ana, pero a mí sigue sin parecerme creativo y entonces me siento aburrida haciendo una copia a carboncillo de una escultura griega que artísticamente he colocado al fondo del aula a modo de bodegón. ¡Pero Ana! No me hagas caso, me gusta escribir, contar, contar, contar y contar y si no cuento reviento y si no cuenta me aburro ¿Pero quieres decirme de qué estas hablando? Del arte, me paso la vida discutiendo con el arte, la técnica como mucho me parece tenía pensado decir entretenida, tal vez por mostrarme políticamente aburrida ¡UPS! el inconsciente vuelve a traicionarme, supongo que la corrección excesiva es algo que también me...adormece. Como iba diciendo, aburrida, eso es, la técnica me parece aburrida. ¿Pero estás loca? ¿Y dónde dejas toda nuestra historia? La dejo donde se encuentra ella misma, Y pregunto ¿No podemos ver la evolución como una lucha entre el qué y el cómo? Así es como yo lo veo y lo siento Anita, pero me quedo con el qué. Pero mi niña, en el arte no pueden separarse, tú misma lo empleas cuando te expresas verbalmente apoyándote en cada uno de tus gestos. ¿Acaso no te has visto? Sí, y he de reconocer que me parecen absolutamente bellos pero también he de decirte, que son estos los que van de la mano de todo aquello que pretendo expresar y nunca la revés, nunca es el gesto el que cobra protagonismo para luego, a posteriori, seleccionar una a una cada una de las palabras.
Tengo tantas cosas que contar no tengo tiempo de detenerme y es por eso por lo que a veces escribo olvidándome del carbón o el óleo y además, ¡me gusta tanto !
Estás cambiando nuevamente de tema. Dime una cosa ¿Por qué has pasado del amor al odio? Te veo realmente ofendida ¿Quieres decirme qué te pasa?
Hoy he vuelto a traicionarme, a mí y a mi idea del Arte, pero si me doy permiso para volver, me olvidaré de mi traición para centrarme nuevamente en tus palabras que dan eco a las mías.
David Fergar -