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Alguien que anda por aquí

Esas cosas que pasan en el metro

A ese hombre que está sentado frente a mí leyendo seriamente el periódico en el metro se le acaba de caer un hielo al suelo.

Me quedo mirándolo atónita y, al concentrarme un poco, puedo ver sobre la punta del iceberg (perfecto en sus aristas e intacto a pesar del calor) a un pequeño pingüino verde haciéndome señas. Como si me conociera, como si quisiera saludarme o como si tuviera ganas de que jugara con él.

Yo no hago caso porque no me gusta llamar la atención en el metro a estas horas de la noche, pero es difícil ignorarlo con lo simpático que parece. Desde luego, él se lo está pasando estupendamente, se ha puesto a hacer monerías para llamar mi atención: equilibrismos, piruetas, bailes absurdos, juega a deslizarse rápidamente sobre el hielo para detenerse en seco al llegar justo al borde en una pose dramática, y me mira todo el tiempo de reojo, invitándome a participar. Igual me estoy perdiendo la oportunidad de pasar un viaje divertido.

2 comentarios

Elena -

jaja! otros lo llaman... imaginación, o aburrimiento bajo tierra!!

David Fergar -

Dios mio! Nadie, desde la epoca del Yellow Subamirene de los Beatles, habia explicado tan bien los efectos del LSD. :)