Blogia
Alguien que anda por aquí

Prefiero a mi lado a un traidor

El comportamiento de los médicos a la hora de dar malas noticias debería ser como el de las pantallas informativas de la Dirección General de Tráfico, aunque me ponen de los nervios. Me explico. Voy por la M 30 y los carteles luminosos de la DGT me avisan de que hay tráfico lento hasta Parque de las Avenidas y pienso: bueno, no es para tanto. Pero paso la salida de ese barrio y sigo viendo que los coches no avanzan...

 

El siguiente panel advierte de que hay atascos hasta la Calle Alcalá. Ya decía yo... Me armo de paciencia, logro pasar el puente de Ventas y no puedo cantar victoria porque enseguida tengo que parar el coche de tantos como somos circulando por el mismo carril. La explicación llega en el siguiente cartel luminoso: Tráfico lento hasta Vallecas. Avanzando sin pasar de segunda me entero de la siguiente mala noticia, en el próximo cartel de la DGT: complicaciones circulatorias hasta el Nudo Sur. Ésa ya es mi parada, salgo de la M 30 como quien sube a la superficie del agua después de estar buceando.

 

He tardado 45 minutos en hacer un trayecto de 15 y me siento estafada por la DGT, que no tiene la culpa de que tantos madrileños cojamos el coche a la misma hora, pero sí de los sucesivos engaños, que no llegan a ser mentiras. Es verdad que hay atasco hasta cada una de esas paradas, pero después también, y creo que deberían advertírtelo. Si me avisan de que la carretera está parada todo el recorrido, de que el atasco llega desde la A2 hasta la A5 y lo que te rondaré morena, podría salirme y buscar alternativas, o siquiera ser consciente de que voy a llegar tarde y avisar, tomar decisiones en consecuencia mientras los radares que saltan si vas a más de 90 kilómetros por hora se burlan de mi velocidad de caracol.

 

Pienso que este comportamiento informativo de la DGT debe formar parte de algún tipo de estrategia. Será para que no desesperes. Creerán que atenúa el cabreo de los conductores el hecho de no saber lo que te espera, de creer que a la siguiente curva vas a poder recuperar la velocidad normal. Quizá surta efecto, pero frustra.

 

Que no se pongan en lo peor

Sin embargo creo que sería muy positivo que los médicos copiaran esa frustrante estrategia de la DGT cuando se trata de dar malas noticias. Que las vayan dando poco a poco. Que no se empeñen en advertirte de todas las fatales consecuencias desde el primer momento, que no se pongan en lo peor. Es importante que el paciente y su familia no se desesperen cuando te enfrentas por ejemplo a un cáncer, y es difícil no desesperar si el médico, que es quien sabe, en quien confías, insiste en avisarte de que la muerte está a la vuelta de la esquina.

 

No sirve de nada tener tan presente un desenlace fatal, sería más productivo pensar en la siguiente etapa, como en el atasco hasta el Puente de Vallecas. A menudo los médicos están tan acostumbrados a codearse con la enfermedad como un trabajo, que se olvidan de que están hablando con humanos, con personas que necesitan creer. Además, el efecto Placebo existe, es real, es necesario.

 

Supongo que ellos te advierten de todo lo malo que te puede pasar para que estés preparado; y para que no les demandes también por no haberte advertido. Si no se cumplen sus peores presagios, te sientes tan aliviado que te olvidas de querer matarlos por el susto que te hicieron pasar. Si se cumplen, ya te advirtieron de que ellos no son dioses, de que nada se podía hacer.

 

Pero aunque nada se pueda hacer, ayuda a pasar el hasta entonces no creer que todo está perdido, aunque solo sea para tener un motivo para levantarse por las mañanas, aunque solo sea para fortalecer la espera. No digo que haya que pintar un fantasioso mundo de color de rosa, tan solo que ayuda imaginarse siquiera un pequeño rayo de luz allá a lo lejos, cuando todo está a oscuras.

 

Lo que no ayuda es perder fuerzas en querer quitarle la razón a los médicos. Añade una carga más a nuestra lucha, y al final, el palo golpea igual de fuerte. Según mi experiencia, la pérdida definitiva de un ser querido no se puede suavizar. No atenúa el dolor saberlo de antemano, no es menos traumático porque te lo esperes, ni es más doloroso porque te sorprenda. Por una vez le quito la razón a los refranes, grito que no quiero que me avisen, que prefiero tener a mi lado un traidor.

3 comentarios

Cloe Andersen -

Sabiduría de la buena, del maestro chen-chei Pokémon Supremo. Gracias por compartirla con los ciegos del vulgo.

- J - -

Cuantas ganas había ya de leerte, jodía. Una vez más, muy bien escrito.

Made -

Muy bonito y muy bien escrito! #Pablofan