Blogia
Alguien que anda por aquí

Alma mía

Ayer en Madrid había dentro del mismo teatro decenas de almas como el alma mía, disfrutando de la poderosa voz de Pedro Guerra, emocionándonos con las mismas historias, temblando a veces, con el vello de punta, conteniendo la respiración durante unos silencios que él sabe llenar de magia y riéndonos también todos juntos con sus anécdotas. Y a la vez seguro que cada uno estábamos recordando nuestras propias historias, evocando nuestros propios recuerdos, cada uno buceando dentro su propio corazón.

 

No hacía falta nada más para detener el transcurso del tiempo, para alejarnos del ruido de la vida cotidiana. Ahí fuera el mundo se podía estar cayendo. Ése es su don y su talento, el poder de su música que acaricia el alma y el oído. El poder de un hombre solo en medio de un escenario vacío, que es capaz de convocar grandes pasiones con la sola ayuda de su guitarra y su voz.

0 comentarios